Naranjito.- La tranquilidad de la ciudadela Santo Domingo fue nuevamente rota por la violencia. Entre la noche del lunes y la madrugada del martes, dos hombres fueron acribillados a sangre fría dentro de una vivienda, en un ataque que ha dejado a los residentes sumidos en el pánico.
Este macabro suceso se produce apenas horas después de otro asesinato en el mismo sector, elevando a cuatro el número de muertes violentas en solo dos días.
Según relatos de testigos, un grupo de individuos, supuestamente vestidos de policías para no levantar sospechas, irrumpió violentamente en la casa.
Las víctimas, identificadas como Jonathan Yupa Camas, de 22 años, y Junior Cedeño Mazamba, de 30 años, fueron sorprendidas en una situación de indefensión.
Uno de ellos se estaba duchando, mientras que el otro vestía únicamente un boxer. Ambos fueron arrastrados al patio de la vivienda y ejecutados con múltiples disparos en la cabeza.
Los fuertes estruendos de un fusil despertaron a los vecinos, que en medio del miedo y la confusión, vieron a los sicarios huir en la oscuridad.
Tras la alerta, personal de Criminalística y de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (DINASED) llegó al lugar.
En la escena del crimen se encontraron diez indicios balísticos calibre 5.56, lo que confirma la brutalidad del ataque.
Los cuerpos fueron levantados y trasladados a la morgue del cantón Milagro para la autopsia de rigor.
Este doble homicidio subraya una ola de violencia sin precedentes en Naranjito. Con cuatro muertes en 48 horas, y un historial de siete asesinatos en solo una semana hace 15 días, el cantón parece estar viviendo su año más sangriento.
Los hechos de violencia han mantenido a la población en un estado de pánico colectivo, clamando por una mayor seguridad que, hasta el momento, no ha llegado.
A inicios de este 2025 se marcó un sombrío récord, con 16 muertes violentas registradas entre enero y la segunda semana de febrero, lo que evidencia una alarmante escalada de la criminalidad que tiene a los habitantes del cantón sumergidos en una profunda inseguridad. (I)

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